Y como el pastel nacional cada vez es más grande, siempre habrá sitio para más guindas.
La última, la del incomprensible, o no tan incomprensible dado el nivel de los medios de desinformación y sus cagatintas asalariados, ruido que se ha montado porque un par de cientos energúmenos unineuronales les dió por citarse, no para tomar unas copas sino para darse, unos a otros, un chaleco de bofetones.
A uno de esos, con menos cerebro que una lombriz lobotomizada, le tiraron al Manzanares y se fue al otro mundo, lo cual sería criticable, a pesar de que a esa gente cuanto menos importancia se le de, mejor para todos.
La mediocre, que se incrememnta cada segundo que pasa, la mediocre prensa, hablada, esccrita, vista y defecada se ha pasado una semana hablando de la muerte de un delincuente habitual, con denuncias y sentencias por robo con violencia y tráfico de estupefacientes, un drogadicto violento, vamos, al que los mediocres medios tratan cual honrado ciudadano.
Como es lógico y natural en el entorno de esos especímenes, resulta que la culpa la va a tener Santa Teresa de Avila.
O el Prestige, claro.
Y, mientras, el primer cáncer de este pais, los medios, conceden horas y horas a un delincuente toxicómano, una joven policía asesinada en Vigo ya ha pasado al mas denigrante olvido.
La cuestión s que por mucho que los ciudaanos lo digamos:
Al parecer nadie se entera.
Y asi nos va.