Aunque, reealmente, está como siempre desde los años setenta, lo único que ocurre es que las cosas se precipitan año tras año.
Lo digo porque, los que tenemos tiempo para ello, si se analiza seriamente la evolución de todo lo que existe en este pais llamado, de momento, España, las cosas no pueden ser más espeluznantes.
Con la venia.
Todo tiene su origen en la lucha de la izquierda politica, que por cierto siempre gana, como ocurre en cualquiuer pais, por “fabricar”, ya desde la escuela primaria, una especie de seres humanos más parecidos a los borregos, intelectualmente, claro, que a intelectos adecuados para el mantenimiento del pais.
Hace cincuenta años, las escuelas, los maestros y profesores eran algo diametralmente distinto a lo que son hoy, la educación comenzaba en casa observando a los padres, padres que, en general, procuraban dar buen ejemplo a sus hijos no llegando borrachos a casa para discutir, y hasta agredir, a la parienta.
La instrucción se daba en los colegios, y la daban verdaderos profesionales dedicados a intentar formar a niños y jóvenes adecuadamente en vez de, como hoy, dedicarse a sestear esperando el dia de paga, sin olvidar las exigencias de más dinero y menos horas.
Como cualquier otro vago, vamos.
A la universidad llegaban los más preparados, mención aparte de algunos “hijos de papá” que acababan la carrera a los treinta años o más, y llegaban los más preparados porque esos obtenían las correspondientes becas, claro que en cuanto se demostrase que la beca obtenida no se corespondía con lo esperado, pues a otra cosa mariposa que ni todo el mundo sirve para aprender en la universidad ni hay que echar las campanas al vuelo por ello.
La universidad era un centro de saber, cualquier estudiante de exactas sabía quien era Rembrand, y hasta Giotto de Bondone si me apuran, hoy no sabrían ni quien es el alcalde de su ayuntamiento aunque se conocen todas las marcas de vodka
Naturalmente, lo que se ha recogido, después de la siembra de politicas educativas que a lo largo de los años han ido sembrando y arrancando unos y otros, son generaciones de mediocres que han preferido esconder la cabeza en la arena a través de botellones, huelgas, algaradas y otras hierbas, y cuando digo “hierbas” me refiero a “hierbas.
Esos son los que fueron, y algunos aún son, concejales, alcaldes, directores generales, diputados, senadores, gerentes de empresas públicas y gente así ¿Qué se puede esperar?
Sinceramente, creo que lo que se puede esperar es que si alguien mete un perro detector de sustancias bien en cualquiera de esos sitios: ayuntamientos, diputaciones, consejos, congreso o senado…, el pobre se nos vuelve loco o le da un paralís, yo no lo metería ni en un confesionario.
Esperar, esperar…, lo que se dice esperar, podemos sentarnos y acabar así:
Esperando algo diferente a la más profunda mediocridad.
Y si encima estamos en período electoral, período de gritos, más gritos y dspués gritos aparte de los ejemplarizantes insultos como argumento, ya ni te cuento.
Pero lo malo no es que tengamos dos generaciones perdidas, que las tenemos ya, lo verdaderamente malo es que en nada ya vamos a tener tres y eso no hay pais que lo resista, y si encima las soluciones que, aquellos ignorantes del siglo pasado aspiran, son más huelgas, menos educación, más botellón y otras “hierbas”, menos trabajo, más complacencia, menos rigor, más “buenismo”, más posturas de postración y menos autoridad….., pues te cuento menos.
Ya puede venir Diógenes, que probablemente tampoco sepan quién fue, que no va a encontrar un justo ni con microscopio.
Y asi nos va.
Las cosas que pasan 